Vamos a hablar claro.
Te levantas cada día, trabajas como un reloj suizo (irónico, ¿no?) y ¿qué consigues al final del mes?
Pagar facturas, impuestos, más impuestos… y, si tienes suerte, te queda algo para ahorrar.
Pero dime una cosa:
¿Es esa la vida que soñabas?
En Suiza, todo cambia.
Aquí no hay un salario mínimo nacional como en España.
Cada cantón decide …